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Música amiga, audífonos enemigos

 Santiago Polo Patiño 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Segunda década del Siglo XXI y existe un considerable número de géneros musicales que hacen de las personas sujetos más cercanos a una melodía, armonía, percusión y mezcla de estas.
No es raro ir conduciendo en el carro o ir caminando por las calles de mi Cali bella y escuchar cómo la gente dentro de sus casas en sus equipos musicales emiten espléndidas canciones de salsa, electrónica, merengue pop y como si fuera poco hasta el himno nacional de Colombia, hablando pues en el caso de los que receptan música mediante emisoras de radio.
Me parece que es respetable, en lo absoluto considero que las personas que escuchan música a todo volumen pueda que perturben la tranquilidad de algunos vecinos pero si así gozan de la música y hace parte de su estilo de vida ¿qué toca hacer? acoplarnos y no estoy para nada en contra de esas personas, pues mi padre es melómano y si el lector entiende del tema comprenderá que un melómano escuchar música con volumen bajo torna a ser un insulto.

Yendo más a fondo con este dilema quiero tocar un tema que sí me inquieta con respecto al receptor musical y es los dispositivos móviles; para aclarar, no debemos confundir dispositivo móvil con teléfono celular, el segundo hace parte de los primeros mencionados.
Un smarthphone, MP4, iPod, iPad o tablet nos ofrece la opción de almacenar música libremente, ya sea de cualquier artista, género musical, año y álbum, al fin y al cabo somos nosotros los dueños de estas máquinas y por consiguiente tenemos la libertad de guardar lo que se nos venga en voluntad. Es por esto que podemos personalizar a nuestro gusto el dispositivo móvil con la música que nos identifique, pero para oírla necesitamos una herramienta fundamental que son los audífonos y sin más preámbulos quiero manifestar mi crítica y opinión hacia ellos, pues por tal herramienta es que aumenta la poca socialización.

Unos auriculares o tortas, como se les llama coloquialmente tienen el poder de aislar a una persona, pues hace que ella no pronuncie palabra  y se olvide de que tiene a su madre, amigo, novio o novia al lado suyo dispuestos a conversar ¡pero no! primero es la música. ¿Cuánto daría un mudo por al menos pronunciar la palabra "hola" con su boca? y tú teniendo tosas las palabras en los sin número de idiomas tienes que callar sólo por oír un hit que está de moda ¡basta! Claramente escuchar música seduce o armoniza nuestros oídos y es muy rico, pero que esto no excluya la comunicación entre familiares y amigos.

Mater Dei, El segundo hogar de Sharon

Santiago Polo Patiño

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL CASO DE SHARON HACE PARTE DEL 80% DE NIÑOS QUE ASISTEN AL CENTRO DE DESARROLLO INFANTIL MATER DEI A CAUSA DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

 

Niños riendo a carcajadas, saltando, corriendo, jugando y cantando, son el centro de atención del Mater Dei, estas dos palabras son un término escrito en latín que en el idioma español significa “madre de Dios”; sin embargo, en la ciudad de Cali, Colombia, es un Centro de Desarrollo Infantil (CDI) del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), ubicado en el humilde barrio Terrón Colorado, hacia el noroeste de la ciudad.

 

Este sitio fue construido por el ICBF para potenciar el desarrollo integral de los niños en la primera infancia; es un acogedor lugar para que los pequeños infantes puedan instruirse, pues brinda una amplia zona que les permite a ellos y demás personas que se encuentren ahí, caminar libremente y observar un bello panorama  de la zona montañosa de la cordillera occidental, sumándole a esto que cuentan con un clima muy fresco y aire puro. La infraestructura del lugar les ofrece cierto grado de comodidad dado que las aulas de clase cuentan con colchonetas, juguetes, peluches, libros de cuentos y material didáctico para llevar a cabo una buena clase, además, les ponen como educadora, una psicóloga dispuesta a enseñarles y darles apoyo con mucho amor.

 

Las historias de vida de los niños son impactantes y sólo hay que estar allá adentro para conocer casos, episodios y tantas atrocidades que un ser humano tal vez no llegase a oír de un niño, pues son situaciones que de verdad marcan y dejan sensación de tristeza.
Algunas de esas deplorables historias nacen de la violencia que hay en los hogares de cada uno de los chiquillos, y la historia de Sharon Mejía no es ajena a esta apenada situación.
 

Sharon es una apacible chiquilla de piel trigueña, sus pequeños ojos oscuros le hacen expresar una mirada enternecedora y su cabello lacio de color negro da el toque especial para apreciar a esta humilde y hermosa niña con amor; siempre está con dos pequeñas trenzas en su cabeza, se le enrojecen sus robustos cachetes con la temperatura fría y añadiéndole a esto, su dulce voz da el reflejo de una criatura inocente, en conclusión, la bella mezcla de sus cualidades físicas la asemejan a una delicada muñequita de porcelana.

 

Esta pequeña de 5 años de edad, se levanta muy temprano y alista todos sus útiles escolares para ir a Mater Dei  a distraerse de los problemas que tiene en su hogar, mientras aprende lo que la psicóloga Pilar le enseña en su grado Jardín. Vive en el barrio Terrón Colorado y le toca caminar diariamente un kilómetro de ida y regreso, y además subir un considerable número de escalones para poder finalmente llegar al CDI, que de hecho está situado casi en la cima de una montaña poblada por humildes casas.

 

Sin saber mucho de números, la niña sabe que se demora 20 minutos en llegar a su clase que comienza a las 7:00 a.m., pero en caso de que llueva, se demora el doble de tiempo debido a que en una parte de su trayecto le toca caminar por una calzada que no está pavimentada, y cuando llueve precipitadamente se convierte en un barrizal, y si ella no quiere llegar sucia al salón, debe pasar cuidadosamente por este sendero que la conduce al lugar donde seguramente mejorará su nivel de integridad.

 

Esto lo hace de lunes a viernes, por consiguiente, debe sacar fuerza física para llegar al CDI, donde además es muy querida por su psicóloga y compañeros de aula. Sin embargo, a esta noble niña también le toca sacar fuerza moral para realizar esta actividad día a día, pues no es fácil llegar a aprender pensando en ciertos problemas familiares que acosan su mente y le impiden ser una niña completamente feliz.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

UN PASADO, OTRA NIÑA

 

 

En abril del 2014 presenció en su casa un espeluznante episodio donde su madre recibió siete tiros en su cuerpo provenientes del padre de Sharon. Ella vio con sus propios ojos cómo su padre asesinaba a su madre con un arma de fuego, mientras se escondía debajo de una mesa de madera donde se suponía, comían los alimentos en familia.

 

Su padre al ver que la esposa ya estaba tirada en el suelo moribunda y agonizante, se quitó la vida de un solo disparo en la cabeza; gritos desgarradores, llantos en furor y cantidad de lágrimas venían de esta niñita partícipe de este horroroso caso criminal. Sin embargo, como si un ángel hubiera caído del cielo a su casa o tal vez la propia “Mater Dei” (madre de Dios), ¿quién sabe?, la señora al escuchar cómo su hijita la trataba de sentar y darle aliento para que no se muriera, comenzó inconscientemente a decir palabras expresando así, que sus signos vitales aún estaban en pie, débiles, pero seguían dándole vida.

 

Casos como este se presentan a menudo en las vidas de los niños que asisten a este Centro de Desarrollo Infantil; las cifras arrojadas por una investigación hecha por un psicólogo de este lugar, dicen que en las casas de 8 de cada 10 niños, es decir, el 80% de los infantes del Mater Dei, existe un caso de violencia intrafamiliar, se entiende por este tipo de violencia doméstica como el exceso de abuso físico que hay intra e interpersonalmente en un hogar, y los autores de estos hechos aplican conductas aprendidas cognitivamente y puede incluir el abuso psicológico repetido, ataque sexual, aislamiento social progresivo, castigo, intimidación y hasta coerción económica. 

 

Han transcurrido cinco meses desde este afligido caso de violencia intrafamiliar que ha cambiado por completo la vida de Sharon. Es por este motivo, que su madre después de sufrir aquel atentado, la metió al CDI Mater Dei, para que recibiera además de una buena educación, apoyo y ayuda profesional para que la pequeña no tuviera trastornos y problemas psicológicos durante el desarrollo de su niñez y su vida en general debido a que lo que ella vio fue muy grave y el trauma puede ser demasiado fuerte.

 

***

 

Cuando Sharon llega a su salón en Mater Dei, lo primero que hace es saludar con un beso y un abrazo a su psicóloga; se ha convertido en una gran amiga para ella a la que le cuenta todos sus secretos, pues durante dos meses que lleva la practicante de psicología Pilar Polo con el grado jardín de este centro de desarrollo, le ha brindado con amor ciertos lazos de seguridad que hacen que Sharon se sienta como en un segundo hogar con una segunda madre donde sus compañeritos de clase son como esos hermanos inquietos y locos, quizás con los mismos problemas o peores, que ella jamás ha tenido ni se sabe aún si tendrá.
Las clases que reciben en el grado jardín van enfatizadas a la motricidad, creatividad artística, música educativa y concentración; al momento de esta niña recibir dichas clases, no es muy participativa debido a que es tímida, pero sin embargo, es muy atenta a cada explicación que le hace Pilar. A la hora de salir al recreo, Sharon se convierte en otra niña, pues se junta con algunos de sus compañeros a las afueras del salón en un césped donde libremente juegan, se ríen con fuertes carcajadas, saltan, corren, se cargan entre ellos y más ejercicios que hacen de Sharon y los amigos olvidar sus problemas externos.

 

Hoy en día, la tarea que tiene el ICBF con Sharon en compañía de los demás niños que se encuentran en el CDI Mater Dei, es encontrarles una familia para que tengan un futuro más próspero con personas que les sirvan como base afectiva y sustento económico.
En cuanto a la madre de Sharon, se le sale de las manos la decisión estipulada por esta entidad del Estado colombiano, pues el único proveedor de los bienes económicos del hogar (su esposo) falleció y ella no tiene la capacidad de ver por la pequeña debido a que no trabaja,  por lo tanto, debe entregar a su hija en adopción. Sharon mantiene la esperanza de hallar su familia, mientras eso se cumple, se va educando en su segundo hogar, Mater Dei.
 

Al fondo Sharon con su mano en la boca

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